Con tan solo un cambio en el banquillo los peques se dejaron la piel en el campo y acabaron agotados. No nos entraban las canastas, pero cada vez atacamos mejor y jugamos más en equipo, con más pases y ayudándonos entre nosotros ¡vamos mejorando!. Todavía nos falta un poquito en defensa, pero poco a poco lo vamos consiguiendo. Estos peques nos hacen pasar un rato increíble y ellos se lo pasan en grandes, que es lo que importa.